Hace meses (no he querido saber cuantos) estoy mirando a la luna desde mi terraza,sin escuchar tu voz tratando de leer en ella alguna respuesta que me haga saber que asi es mejor... pero todavia no la he encontrado, es verdad tu ausencia ya no pesa tanto pero la paz que me daba oirte a estas horas no la hallo en ningun lado, me rebusco en el libro recomendado, en el verde del campo, en el refugio de algunos brazos, pero nada, nada, nada como oir tu voz, extraño tu sonrisa es cierto, tu mirada no lo niego, tu respiraciòn al dormirte, todo eso extraño...
Y cuando la noche me acorrala y quedo desprotegida, es que aun mas te recuerdo, tus palabras se mezclan con el viento, me trasladan a tu puerto, navegarte es mi deseo, pero la deriva es el concreto y oirte seria el remedio de este inmenso desconcierto, y no es no quiero (si cada dia lo intento) pero no puedo desacostumbrarme a esto que tu has egendrado...
Hacerme dormitar con la melodia que emerge de tu garganta por las noches y en consecuencia has de despertame feliz cada mañana.
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